Los estadounidenses llaman al equipo de basket que los representa en los JJOO de Pekin "Redeem Team" (Equipo de la Redención) ya que viene a lavar la imagen de un seleccionado de glorioso pasado pero que no le ha escapado al papelón en sus últimos tres torneos internacionales. El partido de anoche entre San Lorenzo y Argentinos Juniors en el Nuevo Gasometro bien podría llamarse el "Redeem Match", ya que, en lo que fue un triunfazo del Bicho por 2-0, las figuras de la cancha fueron dos hombres de históricas flojas actuaciones, que decididamente se redimieron frente a los hinchas de Argentinos. Sergio Escudero y Juan Mercier, tantas veces merecida y duramente castigados desde este blog, ayer, sencillamente, la rompieron. Mercier, quitando todo, buscando el arco de enfrente y animandose a armar paredes y triangulaciones. Escudero, que se vistió de Alfredo Di Stefano y armó las mejores jugadas del Bicho (incluido una anticipación fenomenal y habilitación milimétrica para el 1-0 de Pavlovich).
Sin dudas, estos dos muchachos demostraron finalmente su capacidad para ponerse la camiseta de Argentinos. Un Argentinos que pisó fuerte en el Gasometro y se quedó con la serie por mérito propio, y que no sólo contó con Escudero y Mercier, sino que fue un reloj en todas sus líneas (más allá de algunas dudas de Torrico y una labor opaca de Peñalba). Caruzo, Ortigoza, Pavlovich, y en menor medida Hauche y Prósperi, fueron puntos altos en un triunfo que ya es parte de la historia ya que los dos duelos fueron los primeros enfrentamientos entre el Bicho y San Descenso por copas internacionales. El Bicho se metió en Octavos de final de la Sudamericana y mostró su mejor imagen, con futbol y gran actitud, derrotando a uno de sus clásicos rivales y encendiendo la llama de la esperanza de cara a lo que se viene.
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